Cubanos cansados de la dictadura el 5 de agosto del 94 |
Tenia 14 años cuando a través de la ventana fui testigo y parte de la historia cubana reciente, aun tengo en mi memoria las imágenes de tanques, vehículos antidisturbios y cientos de policías apostados entre el Hotel Nacional y la extinta “Piragua” a la altura del monumento del “Maine” en el Malecón habanero.
Era un 5 de agosto de 1994 y días atrás también había sido testigo de la desesperación, ante mis ojos vi varias lanchas que supuestamente iban a Regla desviarse de su rumbo camino a la libertad, desde mi ventana veía personas corriendo por el muro del malecón, como hormiguitas, tratando de alcanzarla pero no, no era posible...
Por la tarde ese 5 de agosto baje con mi familia y me dirigí a la esquina de malecón y 23, un cordón policial nos impedía el paso, la tensión se respiraba en el ambiente, estaba pasando lo que nunca había pasado en Cuba, el pueblo había perdido el miedo
Camiones llenos de rudos albañiles traspasaban la linea de seguridad rumbo a centro habana, llevaban palos y cabillas en sus manos, estaban dispuestos a todo, estaban dispuestos a matar.
Luego vi salir a personas vestidas de uniforme de los ministerios, otras de civil, también con palos y cabillas se dirigían al mismo sitio, centro habana, también les dejaban pasar las fuerzas policiales.
La teoría del “pueblo vs. pueblo” empezaba a tomar forma.
Parece que no funciono del todo la primera y segunda fase, mientras las fuerzas antimotines (nunca vistas por mi en la Cuba comunista) aguardaban detrás del Hotel Nacional.
Amigos de mi familia que vivían alrededor del Paseo del Prado me lo contaron, la seguridad del estado y el ejercito tomaron los techos de los edificios con francotiradores y las calles de forma discreta, apuntaban a matar, y en eso llego Fidel Castro rodeado de escoltas en un jeep ruso.
En medio del “caos” anuncio que iba a sacrificar a cubanos en el estrecho de la florida, anuncio que aflojaba la olla de presión, Bill Clinton en un movimiento de torpeza inaudito acepto el chantaje, quizás no quería tener en su mente miles de muertos ahogados en el estrecho de la florida, quizás su amor por la vida humana podía mas que un ataque premeditado de la dictadura que despreciaba a su propio pueblo y lo lanzaba al mar en embarcaciones precarias sin ningún tipo de control.
Los antimotines nunca llegaron a actuar, regresaron todo su material al hangar o cuarto oscuro de donde salieron a coger sol esa tarde del 5 de agosto.
Me pregunto: ¿Que hubiera pasado si la fase de “pueblo contra pueblo” y la apertura de fronteras no se hubiera llevado a cabo?.
Hoy estaríamos conmemorando un baño de sangre.
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