Una imagen de mis pesadillas habituales |
Hoy tuiteando me he topado con una de esas trasnochadas
internacionales que van a Cuba realizar un campamento de trabajo recogiendo
habichuelas o algún otro producto durante unos días para regresar al
capitalismo y creerse los mas comunistas del planeta por la acción tan “importante”
que realizaron, autocomplacencia de “tontos útiles” elevada a la máxima potencia.
Me recordó que durante mi etapa estudiantil una de las
maneras que tenia la “Revolución” para cobrarme los estudios (aparte de robarme la libertad y los derechos) era mandarme un mes al año en condiciones de esclavitud a trabajar en la
recogida del tabaco pinareño, el mismo que se fuma el temido terrateniente
capitalista en cualquier confín del mundo.
A las 6 de la mañana empiezan los profesores a dar golpes en
las tablas de los barracones, para quienes se les pegan las sabanas ponen un
altavoz con música estridente y si eso no es suficiente la jefa de estudio se
encarga de quitarte las sabanas de encima.
Un desayuno basado en “cerelal” una especia de crema
sustituta de la leche que no hay quien se la meta y un cacho de pan con la
dureza de una piedra, luego de esto y con nuestras botas de agua (si las conseguiste),
unas ropas lo mas impermeables posibles te metías en un campo de
tabaco totalmente inundado de rocío, la humedad era tal que calaba los huesos.
Y así mientras salía el sol doblábamos la espalda apenas
siendo adolecentes, el guajiro se burlaba de nuestro acento y nosotros de el
de el, incluso hacíamos bromas sobre su desconocimiento de la tecnología en La
Habana, poco a poco notábamos que el cerelal y el pan de hace unas horas no es
suficiente y empieza el hambre, si, hambre en la Cuba revolucionaria.
Llega la hora del almuerzo y es el turno de los 3
mosqueteros, arroz, chícharo y huevo…algunas veces uno de los mosqueteros
lograba escapar, solía ser el huevo.
Una hora de siesta y de nuevo a arrancar hojas de tabaco,
hasta las 5 de la tarde, ciertamente el horario pasado meridiano era mas
llevadero, como todo en Cuba nuestra productividad bajaba a niveles nulos
mientras perdíamos el tiempo entre bromas y juegos, no muy diferente de
cualquier empresa cubana, a nosotros no nos pagaban nada pero al trabajador
cubano tampoco es que le paguen mucho mas.
Y llega la noche. ¿Que hacemos? La mayor parte del tiempo no
había luz y como los guajiros tocaba acostarse temprano o entretenernos en
otras cosas tales como el descubrimiento de la sexualidad a edades muy
tempranas…a muchos les gustaba la escuela al campo, obviamente no sabían lo que
había fuera de las fronteras cubanas.
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