Hace ya varios días el presidente de Cuba Raul Castro , que no ha sido electo por nadie, anuncio un paquete de medidas económicas que conllevan la implantación de algunos negocios por cuenta propia que anteriormente estaban prohibidos.
Y es que prohibido es la palabra que más se usa en Cuba, hasta hace relativamente bien poco existían prohibiciones tales como que el cubano no podía alquilar una habitación de hotel, adquirir un teléfono móvil o comprarse un ordenador, cualquiera en un mundo civilizado y democrático se llevaría las manos a la cabeza al desconocer como es que lo permiten ahora y como es que estaba prohibido, sin embargo algunos ven en estos gestos de la dictadura un “paso adelante”, no se dan cuenta que tan solo es una maniobra dilatoria, un proceso de alargamiento de lo inevitable y es que el sistema imperante en Cuba por muchos parches que se le pongan esta destinado al fracaso.
Ya los cubanos hemos vivido esta situación anteriormente y el resultado ha sido el mismo, por un lado aflojan la correa y por el otro la tensan, ocurrió a principios de los 90 con la peor crisis económica junto con la actual, al igual que hoy el gobierno dejó que los cubanos se montaran sus propios y pequeños negocios sin embargo con el paso del tiempo los estranguló a impuestos, permisos,limitaciones y burocracia hasta hacerlos desaparecer y llegar al mismo punto que empezamos ahora.
A la dictadura no le gusta que su pueblo progrese, es tal la falta de confianza en los cubanos que prefiere pisar sus derechos a dejar que se desarrollen por cuenta propia al margen de la tutela del estado, es la historia que se repite una y otra vez, una economía capitalista de solo dos personas, sus allegados y familiares, un jugar a ser a dios con 11 millones de personas.
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