Los cubanos nos hemos vuelto en los mejores expertos
mundiales en la resignación, en reírnos de nuestras propias desgracias y seguir
la corriente hasta la muerte, así durante varias generaciones desde aquel fatídico
1 de enero de 1959.
No nos da vergüenza en ser los campeones mundiales del “desestres”,
que va, todo lo contrario, nos jactamos de ello (Mirar el siguiente vídeo).
Mientras tanto, el resto de la humanidad se libera de sus dictadores, instaura democracias y se preguntan:
"¿Por qué los cubanos no se levantan contra su opresor?"
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